Y claro... de toda la casa, donde más calor hace es en la habitación de los ordenadores, donde nos pegamos nuestras sesiones de horas y horas. Oscar jugando al World of Warcraft, y yo en mis multiples tareas pro-gatunas.
Después de mucho discutir, aire acondicionado si, aire acondicionado no (a mi no me gustan nada), llegamos al acuerdo de comprar un ventilador de techo.
Y que gustirrinin...........
Sólo hay un problema..... que Leti, Sofi y Txiki están alucinando con él, le tienen miedo y ya no entran a la habitación, donde nos acompañaban tantas y tantas horas.......
Es más, es que no se acercan ni a la puerta......
Buscando en Youtube sobre el tema, sólo he encontrado un horrible vídeo sobre un dueño gilipollas, su pobre gato y un ventilador, que os lo voy a ahorrar.
En fin...... supongo que se acostumbraran a él y volveran a acopañarnos.
Pues...yo creo que depende un poco del michi, ¿sabes? porque lo que es Antonio...vaya, ningún miedo.
ResponderEliminarEn el salón tenemos aire acondicionado, pero aquí, en el cuarto donde tengo el ordenador y donde estudio, pues tengo un ventilador en el techo, bastante parecido a ese. Este, desde el primer momento buscaba el fresquito de abajo, es más, el sillón en el que se apalanca aquí en este cuarto está exactamente debajo y cuando no está puesto se va al otro dormitorio -que hay otro ventilador de techo- o al salón.
Mira, subí una foto para que veas cómo se aplachurra debajo, se ve un poco oscura, pero vaya, se ve > http://img820.imageshack.us/img820/1521/p0207092059.jpg
Lo de tus michis será cuestión de tiempo.
Besitos gatunos desde Melilla de mi parte y de la de Antonio :D
Ya le he visto....... jajajajaja
ResponderEliminarPues entonces será eso. De momento puede más el miedo que el calor.
Hola, yo no he visto el video y espero no verlo, pero... ¿este tipo de vídeos no se pueden denunciar? Es un delito maltratar animales ¿no? Saludos.
ResponderEliminarClaro q se pueden denunciar y si lo hace mucha gente, lo quitan, así q a denunciarlo!
ResponderEliminarEs, creo en EEUU. No es que lo maltraté en directo, sino que le cuelga un jueguete de las aspas del ventilador en marcha, el gato salta a cogerlo, se queda enganchado, y gira con el ventilador unas cuantas vueltas. Finalmente se suelta y de la inercia se estampa contra la pared entre las risas del que lo está grabando.
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