jueves, 7 de octubre de 2010

El blog de Marta, la mami de Yang (antes nuestra Pepita)




 

Antes de nada... PERDÓN!!!


Me he escapado a Torrevieja una semanita con mis padres, mi hermana y con Begotxu y os he dejado totalmente abandonados y sin avisar.......

Pero ya estoy de vuelta, y hoy quiero presentaros el blog
 Pon un Gato negro en tu vida (... o dos).

Es el blog de Marta y Emilio los papis de Yang (antes nuestra Pepita).
Si no os acordáis de ella pinchad aquí y aquí


Pues durante estos días han escrito un precioso texto sobre las casas de acogida, que me gustaría que leyeseis:

" Cuando abres los ojos, ya no los puedes cerrar.
Cuando descubres que hay tantas personas desviviéndose por ayudar a unos animalitos indefensos, abandonados en las calles, muriéndose de hambre y frío, cuando descubres que esa gente está pasando penalidades para ofrecerles una mano, que gastan su tiempo y sus recursos en salvar vidas que a nadie importan, que cuando no tienen otro sitio convierten su cuarto de baño en un hotel de cinco estrellas para un gatito que llega de la calle, que se quedan sin lágrimas de tanto llorar, que cuando ríen lo hacen con una alegría verdadera y merecida...
Cuando ves esto, o al menos cuando lo veo yo, sólo quiero parecerme un poquito a ellas.




Leí hace poco que alguien decía de estas personas que son las heroínas de la sociedad actual, porque no pasan de largo cuando todo el mundo lo hace. Porque se paran a ayudar y se sacrifican por salvar otra vida que a todos los demás les es indiferente.
En la medida de mis posibilidades, yo quiero ser así.
 No quiero pasar de largo.
Aunque a veces me equivoque, aunque a veces meta la pata, prefiero hacerlo porque he intentado hacer algo que por no haber movido un dedo porque me he parado a pensar sólo en mi comodidad y despreocupación.



La grandeza del ser humano es la capacidad de dar. Yo quiero dar en la medida que yo pueda. Quiero dar al que realmente lo necesita, al ser más desamparado de esta sociedad que se supone avanzada.
Nadie me exige una gran cantidad de dinero, ni un contrato de por vida, ni una hipoteca a 50 años.
Sólo hay unos ojitos que me miran y me suplican algo de comer y beber, y tal vez una mantita en una baldosa del suelo de mi casa, a resguardo de la lluvia. ¿Cómo no darles tan poca cosa?
 ¿Cómo negarles algo que no cuesta NADA?
¿Por nuestro egocentrismo de pensar en yo, yo y siempre yo?
¿Porque voy a llorar cuando se vaya?
 ¿Porque voy a sufrir yo?
¿Y qué importo yo cuando la vida que peligra es la suya?
 ¿De veras valen más cuatro lágrimas mías que su vida entera?
 De mil amores les buscaré un hogar en el que los quieran y las lágrimas que vierta las consideraré una bendición, porque significarán que otra vida ha salido adelante.
 Bienvenidas sean las lágrimas que expresan tanto amor y sacrificio.



El corazón se llena de gozo cuando haces algo sin pensar en ti mismo, cuando haces algo única y exclusivamente por los demás. Si ayudas a un gato, no hay acto más altruista, pues sabes que de un gato nunca escucharás la palabra "gracias", probablemente no sepa demostrarte lo agradecido que está, y cuando le encuentres un hogar, te olvidará.
Pero ese acto de amor, ese acto de regalar vida a cambio de nada, ese dar sin recibir nada a cambio... se convertirá en calor en tu corazón y llenará tu vida como nada la ha llenado antes. Porque sentirás que, al menos por una vez, has hecho el mundo un poquito mejor. Y si todos hiciésemos lo mismo, ¡cuánto mejor sería el mundo!



Por eso elegí acoger un gatito.
Y por eso, me atrevería a decir, siempre habrá un huequecito en mi casa para un animal que lo necesite. En la medida de mis posibilidades, siempre les tenderé mi mano.
 Ellos lo merecen.
Ellos lo necesitan. "



No se podía escribir mejor.......... Gracias Marta y Emilio por esas vidas salvadas.

También es buenísima la frase de Leti:

"En casa hay que tener un gato menos de los que caben y ese lugar que está vacío llenarlo siendo casa de acogida."

Es lo que Oscar y yo pensamos, y en ello andamos.
Podríamos tener 4 gatos. Seguramente si.
Pero preferimos dedicar ese huequito en nuestra casa y nuestro corazón a esos gatos que tanto lo necesitan.

Y a cuenta de esto, mañana os contaré una historia.

Mientras echad una ojeada a Pon un gato negro en tu vida, que seguro os engancháis y repetís.






6 comentarios:

  1. Oyeeee... que no se me podía pasar el deciros, que Marta es la creadora de la fantástica web de Esperanza Felina.

    Una pasada, que nunca se lo podremos pagar y que estáis invitados a visitar.

    ResponderEliminar
  2. ¡Gracias por dedicarme el blog! ¡Qué maja! :-)

    Besoteeeeesss!!!

    ResponderEliminar
  3. El post, quería decir, no el blog... Que me lío toa. XD ¡Gracias de nuevo!

    ResponderEliminar
  4. Gracias a Michis por compartir el texto y a Marta por escribirlo!!! A veces nos sentimos un poco extraterrestres, un poco locas y un poco incomprendidas, y ese texto es una pasada de bonito para la gente que no pasa de largo, ni ante un gato, ni ante nada en la vida :D

    Yo también quiero parecerme más a ellas!!!!

    ResponderEliminar
  5. Un blog estupendo ¡¡¡¡¡Gatos negros arriba!!!!!!!

    ResponderEliminar
  6. Joer, no sabeis lo que estamos llorando en este momento...
    Estando tan lejos de nuestras chispis, se nos ha roto el corazón...
    Y nos acordamos tanto de Beldur... espero que siga bien y que tengan paciencia con él, porque es muy especial y se merece una oportunidad de ser feliz.
    Besos a tod@s desde Hong Kong!!!

    ResponderEliminar