Esta es una de las entradas que os llevo debiendo.... buff, ni sé...
Leti de Burgos me la pidió, y hoy que tengo un poco más de tiempo, os la cuento.
La historia de Txiki
En aquella época yo colaboraba economicamente y era madrina de una gatita con APA SOS BILBAO, pero sentía que quería hacer más.
Y un día en su página web, vi esta foto.
No dejaba de entrar todos los días a ver si ya estaba mejor y sentí que había llegado el momento de ser casa de acogida.
No dejaba de entrar todos los días a ver si ya estaba mejor y sentí que había llegado el momento de ser casa de acogida.
Su nombre era Bete y su referencia 696. Apenas tenía 2 mesecitos.
Había sido rescatado del motor de un coche un frío mes de noviembre de 2008.
Se había refugiado allí al calor.
El dueño llegó al coche lo arrancó y se dio cuenta que un gato estaba en su motor.
Consiguieron rescatarlo y llevarlo a la perrera. Tenía varias quemaduras por todo su cuerpo y su rabo había sido amputado (de ahí venía su nombre: Ra-Bete).
No hacía más que mirar su foto y logré convencer a Oscar.
Fuimos a recogerlo un mediodía y camino de casa y con todo su miedo, no paraba de ronronear.
Estas son sus primeras fotos en casa
Tuvimos que hacerle las curas de su cuerpo y de su muñoncito que lo tenía en carne viva.
El nombre de Bete no nos salía, y como era de acogida tampoco le íbamos a cambiar el nombre. Le decíamos chiquitín, txiki, el pequeñin...
En las curas era un buenin aún y con todo lo que le debía doler.
Fuimos a darle su primera vacuna a la perrera, y los funcionarios (con lo secos que suelen ser), se acordaban de él, por el estado en el que llegó y por lo buenísimo que era.
Se alegraron porque tuviera una acogida y le desearon que encontrara una familia pronto.
Enviábamos fotos para su difusión y llegó el día de "la llamada".
Se habían fijado en él en Alemania y teníamos que ir preparando su viaje.
¡¡Qué llorera!!
Quizás si se hubiera quedado cerca, nos lo hubiéramos tomado mejor. Pero Alemania!!!
Pensábamos en lo duro del viaje, en que no íbamos a volver a saber de él.
Hasta que Oscar dijo su famosa y recordada frase de : "¡¡Pero que va a hacer Txiki en Alemania, si no habla alemán!!"
Y el resto de la historia ya la sabéis.
Si hubiéramos decidido adoptarlo antes, está claro que se hubiera llamado Felipe, pero ya, para nosotros era el chiquitín, y se quedó con Txiki.
Es el rey de la casa.
Es taaaan cariñoso, aunque las visitas no acaban de creerlo porque es tan cariñoso como miedoso, y cuando viene alguien, busca los rincones más extraños para esconderse (en la bañera, debajo de un armario, en la funda de la almohada, en el canapé...) y pone los ojos como platos del susto que pasa.
Tiene una relación especial con Oscar. Le prefiere a él y le dedica unos maulliditos y se frota con él de una forma que conmigo nunca lo hace.
A veces, recordando, nos reímos de que el muy pillín cuando iba a casa el primer día en coche, iba tan feliz y ronroneador porque ya nos había elegido y sabía que no volvería a meterse en un transportín más que para irse con nosotros de vacaciones.
